JUSTICIA DESANGELADA PARA OPPENHEIMER
La entrega 96 de los Oscar pasará a la historia principalmente por dos cosas, por haber reconocido en casi todas sus categorías a quienes realmente lo merecían, y porque no hubo casi nada digno de llamarle espectacular.
Por Alberto Rojas Eguiluz
Después de una alfombra roja en la que los looks excéntricos y las corbatas brillaron por su ausencia, vino la esperada ceremonia de los Oscar 2024 con la incógnita de cada año: ¿ahora sí nos divertiremos? La respuesta fue no.
Jimmy Kimmel volvió a ser el maestro de ceremonias y esta vez decidió no correr el mínimo riesgo, dirigiendo una entrega con pocas risas, pero mucho más ligera que las de años pasados en donde hubo chistes de mal gusto e, incluso, bofetadas.
Solo se puede hablar de dos grandes momentos de esta entrega del Oscar; cuando John Cena salió completamente desnudo a decir la lista de nominados a Mejor Vestuario, cubierto únicamente por el sobre con el nombre del ganador; y el musical “I’m Just Ken”, en el que Ryan Gosling se lució, teniendo como invitado sorpresa al mítico guitarrista de Guns’n Roses, Slash, en un espectáculo que superó por mucho a los últimos medios tiempos del Super Bowl.
Otros momentos rescatables de los Oscar fue cuando desfiló en la alfombra roja Messi, el perro que se hizo famoso en Anatomía de una caída, quien después, estuvo entre los asistentes con una elegante corbata de moño negra, poniéndole el ejemplo a buena parte de los actores que asistieron a la gala, como Ryan Gosling, Mahershala Ali, Robert Downey Jr. y Dwayne “The Rock” Johnson, quienes, entre muchos otros, no se molestaron en llevar corbata.
En cuanto a los ganadores de la noche, podemos decir que es una de las entregas más justas que hemos visto, y en consecuencia, con menos sorpresas. Los premios a Mejor Película (Oppenheimer), Mejor Director (Christopher Nolan), Mejor Actor (Cillian Murphy), Mejor Actriz de Reparto (Da’Vine Joy Randolph) y Mejor Actor de Reparto (Robert Downey Jr.) estaban muy cantados desde días antes de los Oscar.
El premio que no estaba definido del todo era el de Mejor Actriz, pues Emma Stone (Pobres criaturas) y Lily Gladstone (Los asesinos de la luna) se habían dividido los premios en esta temporada, pero finalmente, fue Emma quien ganó su segundo Oscar en seis años.
Un acierto importante en esta entrega de premios fue que retomaron el formato que se tuvo hace algunos años en el que, en las nominaciones de los actores y actrices, en lugar de que una celebridad leyera el nombre de los nominados, ahora cinco artistas que habían ganado anteriormente el Oscar daban cada uno un discurso dedicado a cada nominado. Esto le dio un toque de emotividad a los anuncios de las nominaciones de estas cuatro categorías, y debería de adoptarse de manera fija para
las futuras entregas.
¿Y los latinos?
Como ha sucedido ya desde hace muchos años, el talento latino se hizo presente tanto en las nominaciones como en las presentaciones y los musicales, solo que este año no hubo premios para los artistas de la región.
Nos quedamos con ganas de ver levantar su primer Oscar al cinematógrafo mexicano Rodrigo Prieto, quien obtuvo su cuarta nominación por Los asesinos de la luna. Muchos querían ver a José Antonio Bayona y su grupo de actores y técnicos, la mayoría españoles y uruguayos, ganar la estatuilla a Mejor Película Extranjera por la impactante La sociedad de la nieve, pero tampoco sucedió. America Ferrera también era una de las favoritas para llevarse el galardón a Mejor Actriz de Reparto por su participación en Barbie, pero su reconocimiento solo quedó en la nominación; el conmovedor documental de la chilena Maite Alberdi, La memoria infinita, tampoco pudo presumir el Oscar.
Finalmente, el reguetonero boricua Bad Bunny presentó el premio a Mejor Película Extranjera, y Becky G, quien siempre presume su ascendencia mexicana, cantó el tema The Fire Inside, de la película Flaming Hot. Las entregas de los Oscar de la última década han generado expectativa solamente por conocer a los ganadores de de los premios, pero cada vez hay menos interés por lo que sucede en la ceremonia. El formato caducó desde hace tiempo, pero los cambios que se han intentado han sido todavía menos exitosos, así que por lo visto, seguiremos viendo más shows del Oscar aburridos, a menos que alguien se atreva a llamar a Ricky Gerveis para conducirlos, como lo hizo hace unos años en los Globos de Oro y generó una polémica de la que se sigue hablando hasta la fecha.
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