La Visión de la Muerte Entre los Antiguos Mexicanos
Por María Luisa León Portilla
Ofrendas a nuestros padres, quienes fueron grandes amigos en vida:
Miguel León Portilla Octavio Novaro Peñalosa
Desde los tiempos más remotos de la humanidad, el hombre se ha cuestionado el tiempo, el envejecimiento, la enfermedad y la posterior muerte; tema que hasta hoy parece inescapable. Hay personas que dicen que no se preocupan por eso. Hay otras personas que dicen que piensan mucho en eso.
En contraposición al ser humano mortal está Dios o los dioses, en las religiones politeístas, que son inmortales, no envejecen ni mueren. De hecho, les sobra el tiempo para tener amores, pasiones, hijos y hasta guerras.
¿Qué habrá después de la muerte? Es un pensamiento sumamente personal y cultural. Los animales no se cuestionan eso; es una exclusividad -para bien o para mal- del cerebro del ser humano; que de igual manera, es el único que puede concebir a Dios.
Lo cierto es que -te preguntes o no qué habrá después- un día llegará (esperado o no); y habrá que partir, entre lágrimas, para no volver a ver a nuestros seres queridos y amigos.
Nada nos resulta más doloroso que la muerte. Todo muere, las flores, las plantas, los animales, las estrellas, los planetas, es un gran misterio el que parece rodearnos y parecería que la muerte es necesaria para el proseguir de la vida.
Una Visión del Historiador Miguel León Portilla
Acercándonos al pensamiento de los antiguos indígenas de México, nuestro país; el historiador Miguel León Portilla, mi padre, encontró en los Cantares Mexicanos un libro manuscrito. Esto es, escrito a mano, probablemente por frailes franciscanos y por informantes de los indígenas de aquí, del centro y del valle de México. En estos poemas nahuas se dan diversas opiniones acerca del significado de la muerte. De este hecho de que en sus cantos y poesías, es decir en su literatura, se considerara el tema de la muerte. Se desprende la conclusión de que también era un tema difícil y de gran preocupación para los indígenas de México. En la actualidad, el manuscrito del libro se encuentra en el Fondo Reservado (es decir el sitio de los libros más antiguos y únicos) de la Biblioteca Nacional de México, que custodia la Universidad Nacional Autónoma de México. Es interesante que el papel de este libro procede de diversos molinos de papel en Europa y por las filigranas que tienen (como marcas de agua), se puede saber de qué época son. Los expertos en papel los tienen fechados aproximadamente como originales del siglo XVI; pocos años después de que llegaran los españoles a México. Los indígenas no eran diferentes a los hombres actuales: unos optimistas y algunos otros más pesimistas. En uno de los casos la poesía es de corte pesimista, triste, de desesperanza y pérdida; mientras que otras, están llenas de esperanza.
Transcribo aquí dos de ellas, la primera intitulada, Amor y Muerte.
AMOR Y MUERTE
¡Que se abra tu corazón!
¡Que tu corazón se acerque!
Tú me atormentas,
Tú me das muerte.
He de irme para allá,
Donde pereceré,
¿llorarás por mí una última vez?,
¿Por mí sentirás tristeza?.
En realidad fuimos solo amigos,
Yo tengo que irme
Yo tengo que irme
Cantares Mexicanos, folio26 r.
Cada uno de nosotros lo podemos interpretar de diferente manera, pero el hecho es que al decir del poeta, “en realidad fuimos solo amigos”, está dando a entender que todo se terminó.
Aparentemente se está dirigiendo a un ser amado, esposa o esposo y le hace preguntas que, al recapacitarlas, nos desgarran el corazón.
LA MUERTE COMO ESPERANZA
En verdad lo digo:
Ciertamente no es el lugar de la felicidad
Aquí la Tierra.
Ciertamente hay que ir a otra parte;
Allá la felicidad existe.
¿O es que sólo en vano venimos a la Terra
Otro es el sitio de la vida.
Allá quiero ir,
Allá de verdad cantaré
Con las más bellas aves,
Allá disfrutaré,
De las genuinas flores,
De las flores que alegran,
De las que apaciguan el corazón,
Las únicas que dan paz a los hombres,
Las que embriagan mi alegría.
Cantares Mexicanos, folio 1, v
Este poema nos abre la visión hacia un modo de pensar más optimista; en el que cabe alguna esperanza de una futura vida, en la que las cosas puedan ser mejores. Nos presenta un paraíso con aves, con flores. Aún así se hace la pregunta de si no en vano venimos a la Tierra, pero a la vez, no pierde la esperanza de que después de la muerte humana haya un algo que sea mucho mejor que este presente que tenemos en la tierra.
Aquí pues, dos visiones de los antiguos mexicanos sobre un mismo tema. Ciertamente complementan las ofrendas y los altares de muertos que ofrecemos a nuestros antepasados el día 2 de Noviembre.
No podemos tener una respuesta ante ninguna de estas dos propuestas de los poemas pero sí podemos acordarnos y honrar a nuestros queridos amigos y familiares y repensar en ellos, teniendo siempre presente la idea del gran misterio que rodea nuestro universo.
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