La Visión de la Muerte Entre los Antiguos Mexicanos
- Lucy Novaro
- Nov 2, 2021
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Por MarĆa Luisa León Portilla

Ofrendas a nuestros padres, quienes fueron grandes amigos en vida:
Miguel León Portilla Octavio Novaro Peñalosa
Desde los tiempos mƔs remotos de la humanidad, el hombre se ha cuestionado el tiempo, el envejecimiento, la enfermedad y la posterior muerte; tema que hasta hoy parece inescapable. Hay personas que dicen que no se preocupan por eso. Hay otras personas que dicen que piensan mucho en eso.
En contraposición al ser humano mortal estĆ” Dios o los dioses, en las religiones politeĆstas, que son inmortales, no envejecen ni mueren. De hecho, les sobra el tiempo para tener amores, pasiones, hijos y hasta guerras.
¿Qué habrÔ después de la muerte? Es un pensamiento sumamente personal y cultural. Los animales no se cuestionan eso; es una exclusividad -para bien o para mal- del cerebro del ser humano; que de igual manera, es el único que puede concebir a Dios.
Lo cierto es que -te preguntes o no quĆ© habrĆ” despuĆ©s- un dĆa llegarĆ” (esperado o no); y habrĆ” que partir, entre lĆ”grimas, para no volver a ver a nuestros seres queridos y amigos.
Nada nos resulta mĆ”s doloroso que la muerte. Todo muere, las flores, las plantas, los animales, las estrellas, los planetas, es un gran misterio el que parece rodearnos y parecerĆa que la muerte es necesaria para el proseguir de la vida.

Una Visión del Historiador Miguel León Portilla
AcercĆ”ndonos al pensamiento de los antiguos indĆgenas de MĆ©xico, nuestro paĆs; el historiador Miguel León Portilla, mi padre, encontró en los Cantares Mexicanos un libro manuscrito. Esto es, escrito a mano, probablemente por frailes franciscanos y por informantes de los indĆgenas de aquĆ, del centro y del valle de MĆ©xico. En estos poemas nahuas se dan diversas opiniones acerca del significado de la muerte. De este hecho de que en sus cantos y poesĆas, es decir en su literatura, se considerara el tema de la muerte. Se desprende la conclusión de que tambiĆ©n era un tema difĆcil y de gran preocupación para los indĆgenas de MĆ©xico. En la actualidad, el manuscrito del libro se encuentra en el Fondo Reservado (es decir el sitio de los libros mĆ”s antiguos y Ćŗnicos) de la Biblioteca Nacional de MĆ©xico, que custodia la Universidad Nacional Autónoma de MĆ©xico. Es interesante que el papel de este libro procede de diversos molinos de papel en Europa y por las filigranas que tienen (como marcas de agua), se puede saber de quĆ© Ć©poca son. Los expertos en papel los tienen fechados aproximadamente como originales del siglo XVI; pocos aƱos despuĆ©s de que llegaran los espaƱoles a MĆ©xico. Los indĆgenas no eran diferentes a los hombres actuales: unos optimistas y algunos otros mĆ”s pesimistas. En uno de los casos la poesĆa es de corte pesimista, triste, de desesperanza y pĆ©rdida; mientras que otras, estĆ”n llenas de esperanza.
Transcribo aquĆ dos de ellas, la primera intitulada, Amor y Muerte.
AMOR Y MUERTE
”Que se abra tu corazón!
”Que tu corazón se acerque!
TĆŗ me atormentas,
TĆŗ me das muerte.
He de irme para allĆ”,
Donde perecerƩ,
¿llorarÔs por mà una última vez?,
¿Por mà sentirÔs tristeza?.
En realidad fuimos solo amigos,
Yo tengo que irme
Yo tengo que irme
Cantares Mexicanos, folio26 r.
Cada uno de nosotros lo podemos interpretar de diferente manera, pero el hecho es que al decir del poeta, āen realidad fuimos solo amigosā, estĆ” dando a entender que todo se terminó.
Aparentemente se estÔ dirigiendo a un ser amado, esposa o esposo y le hace preguntas que, al recapacitarlas, nos desgarran el corazón.
LA MUERTE COMO ESPERANZA
En verdad lo digo:
Ciertamente no es el lugar de la felicidad
AquĆ la Tierra.
Ciertamente hay que ir a otra parte;
AllĆ” la felicidad existe.
¿O es que sólo en vano venimos a la Terra
Otro es el sitio de la vida.
AllĆ” quiero ir,
AllƔ de verdad cantarƩ
Con las mƔs bellas aves,
AllƔ disfrutarƩ,
De las genuinas flores,
De las flores que alegran,
De las que apaciguan el corazón,
Las Ćŗnicas que dan paz a los hombres,
Las que embriagan mi alegrĆa.
Cantares Mexicanos, folio 1, v
Este poema nos abre la visión hacia un modo de pensar mĆ”s optimista; en el que cabe alguna esperanza de una futura vida, en la que las cosas puedan ser mejores. Nos presenta un paraĆso con aves, con flores. AĆŗn asĆ se hace la pregunta de si no en vano venimos a la Tierra, pero a la vez, no pierde la esperanza de que despuĆ©s de la muerte humana haya un algo que sea mucho mejor que este presente que tenemos en la tierra.
AquĆ pues, dos visiones de los antiguos mexicanos sobre un mismo tema. Ciertamente complementan las ofrendas y los altares de muertos que ofrecemos a nuestros antepasados el dĆa 2 de Noviembre.
No podemos tener una respuesta ante ninguna de estas dos propuestas de los poemas pero sĆ podemos acordarnos y honrar a nuestros queridos amigos y familiares y repensar en ellos, teniendo siempre presente la idea del gran misterio que rodea nuestro universo.
