Octavio Novaro Tercero
Octavio Novaro Tercero es nieto de Octavio Novaro Fiora: editor, poeta, escritor, periodista y abogado; e hijo de Octavio Novaro Peñalosa: físico, escritor, investigador y poeta de la ciencia. Octavio Novaro Holguín es poeta, escritor y abogado.
Los tres Octavios Novaro -abuelo, hijo y nieto- tienen la capacidad de escribir y de crear poemas a partir de sus vivencias. La poesía es la forma más sublime de la escritura y una forma de poner los sentimientos más profundos en palabras.
Octavio Novaro Holguín es originario de la Ciudad de México y estudió Licenciatura en Derecho; y sigue ejerciendo desde su despacho de manera exitosa. Él lleva las letras y la pluma en los genes; ya que hereda las palabras y las vivencias de su padre y de su abuelo. Tiene una gran sensibilidad por la vida; y esto lo plasma en sus escritos. A muy temprana edad (18 años), publicó su libro de cuentos “Matador y Otros Cuentos'' y también varios cuentos y poesía en la revista Siempre! y en el Periódico Excélsior.
En esta ocasión tengo el enorme gusto y honor de presentarles los poemas más recientes de mi hermano, Octavio Novaro Holguín; (Octavio Novaro Tercero).
Trae la noche
Pero solamente si es oscura y larga,
Si llega sin salida,
Sin principio y sin fin.
Tráela aquí, que no me muevo,
Que la espero con el ansía ciega,
Con el dulce desasosiego que generas.
Trae la noche,
aunque suene a reto
producto del temor, del alcohol,
de la luna o de la niebla,
no obstante que ambos sabemos que la noche no se trae,
sino simplemente llega.
Ven con ella, cómo sea,
no me dejes solo en su negro manto,
en la tierna muerte corta que genera.
Trae la noche, tráela en serio,
sin temor ni compasión,
porque cuando la noche llega acompañada,
la oscuridad no es más que un dulce abrazo,
una promesa de que la luz podrá llegar, con un poco de paciencia.
Y mientras tanto, con la noche que traes, llegará también tu cuerpo,
tu presencia siempre incierta,
que provoca, invariable, mi tímida respuesta:
“Gracias noche, por traerla”.
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One small day
I’ll have a minute to explain,
I’ll try hard to let you know
It may be sunny or drowned by rain.
For sure it will be instantly slow,
Not longer than a sigh
One small day I’ll be a child a man
A wise old guy and dead,
But (fingers crossed) full of life
My clothes will be scarce (but rich)
My face will smile (and weep)
My fate uncertain and so true.
One small day
Life will trap me and yet I’ll be so free,
And (maybe) I’ll walk away
Or better yet, decide to stay.
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Me voy, imaginando que esta tarde llueve tu rostro en cada gota.
Aprovecho el cielo triste
No para decir adiós,
Pues me voy con la idea de regresar,
Con el ansía de volver.
La marcha no es forzada
Ni tiene explicación,
Simplemente por hoy no debo estar acá, en este espacio frío en que no encuentro mi lugar.
Por esta vez, la mente venció al corazón,
Que se quedó sin excusas para aguantar,
Para esperar que lo que imaginaba, fuese realidad.
Por eso inicio el viaje hoy, por ver qué la certeza se impone a la ilusión,
Que en esta tarde en la que parto, llueve sin prisa y sin razón.
Me voy.
Si como fantasma
Te busco en el desierto,
Ya entrada la tarde,
Entenderé que tu espacio es otro,
Me resignaré por tanto a no encontrarte.
El agua perderá entonces sentido,
La sed será otra y al irse el sol,
Quedará solo la luna,
Cual nube de humo inexplicable,
Que nunca sirve para imaginarte cerca,
Pero justificará el aullido lejano
Del que no encuentra,
Del espectro solitario que se apaga
Al no ubicar espejo alguno
Que certifique esa búsqueda inútil,
Ni refleje el rostro cansado,
De aquel que no supo
Que el desierto estaba adentro.
Si en blanco y negro
Queda escrito Te quiero,
Entonces será cierto.
Pues la palabra,
Inerme, no miente,
Y en su dolor resiente
La lectura incompleta
Del otro, que entre el humo
Adivina las cenizas tristes
De ese redactado amor,
Que sin respuesta queda.
Voy a escribir tu nombre a lápiz,
Con mi letra Precaria, corta y necesaria.
Voy a poner mi nombre al lado,
Con ánimo de entender si son congruentes,
si se leen mejor estando juntos.
Les cambiaré un par de letras a cada uno,
para que nadie más entienda el ejercicio,
Pero se logre parcial el desahogo.
Tomaré entonces ese mismo lápiz, aunque inexorablemente más pequeño y le daré la vuelta sin permiso.
Y procederé a borrar lo que creo me pone en evidencia,
aunque quede la necia copia ciega que guardará la blanca arena,
Hasta que el mar decida corregirla
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